Imagine a un paciente que parece completamente insensible después de una lesión cerebral grave. Para los médicos y la familia, puede parecer que toda la conciencia se pierde. Pero, ¿qué pasa si se esconden signos sutiles de conciencia justo debajo de la superficie, invisible a simple vista? Un nuevo avance de los investigadores de la Universidad de Stony Brook sugiere que la inteligencia artificial finalmente puede detectar esos signos ocultos.
Los investigadores se han desarrollado Aparienciauna herramienta de visión por computadora que rastrea pequeños movimientos faciales en respuesta a los comandos de voz. A diferencia de los exámenes clínicos estándar, que se basan en el movimiento visible, Seeme puede detectar gestos de baja amplitud y intenciones, como una ligera apertura de los ojos o una micro-smile, mucho antes de que sean visibles para los médicos. En su estudio, SeMe identificó movimientos de apertura reveladora en promedio cuatro días antes que los médicos y detectó respuestas en más pacientes en general.
El estudio involucró a 37 pacientes comatosos y 16 voluntarios sanos, con IA analizando miles de videoclips cortos para identificar respuestas faciales significativas. Un modelo de aprendizaje profundo incluso confirmó que los movimientos eran específicos de los comandos dados, lo que sugiere que estos pacientes no solo se contraen al azar, sino que estaban respondiendo deliberadamente.
¿Por qué importa esto?
Detectar la conciencia encubierta temprano podría transformar la atención del paciente, brindando a los médicos información crítica sobre el potencial de recuperación e informar las decisiones sobre el tratamiento y la rehabilitación. Las familias podrían asegurarse de que sus seres queridos podrían ser conscientes, incluso si los exámenes convencionales sugieren lo contrario.
Separe también abre puertas para futuras herramientas terapéuticas, como las interfaces de computadora cerebral, que podrían permitir la comunicación con pacientes que anteriormente se pensaba que estaban completamente inconscientes. Al cuantificar estos movimientos sutiles, la IA proporciona una medida de conciencia confiable y objetiva que complementa, en lugar de reemplazar, el juicio clínico.
En resumen, la IA está revelando lo que una vez fue invisible: que algunos pacientes con coma están en silencio, capaces de interacción y potencialmente en el camino hacia la recuperación. Con herramientas como Seeme, el futuro del cuidado neurocrítico no solo es más inteligente, sino que es profundamente más esperanzador.





