China ha anunciado nuevos controles de exportación de tierras raras que podrían requerir que entidades extranjeras como TSMC obtengan licencias, creando incertidumbre para la industria de chips de EE. UU. al impedir potencialmente las ventas de chips a empresas estadounidenses. Como resultado de la disputa comercial entre Estados Unidos y China, Beijing está implementando medidas que aumentan el escrutinio sobre las empresas de semiconductores. China, que representa el 90 por ciento de la producción mundial de tierras raras, está cambiando su política al introducir licencias para los productos finales fabricados con sus materiales. Esto pasa del control de las materias primas a la regulación de la distribución de productos terminados, apuntando a entidades extranjeras que dependen de estos recursos para sus procesos de fabricación. Las nuevas regulaciones presentan desafíos para los principales productores de semiconductores. Según un New York Times Según el informe, las restricciones impuestas por China a las exportaciones de tierras raras podrían obligar a empresas como Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), SK hynix y Samsung a obtener licencias de exportación para vender chips a nivel mundial. TSMC es el principal fabricante de chips lógicos avanzados del mundo, mientras que las empresas surcoreanas SK hynix y Samsung lideran la producción de chips de memoria. Este sistema de licencias podría permitir a Beijing detener los flujos de semiconductores a Estados Unidos e interrumpir la cadena de suministro interna estadounidense. El Ministerio de Economía de Taiwán emitió una aclaración vía Reutersafirmando que las empresas locales de chips, incluida TSMC, no se ven afectadas actualmente por las medidas. La razón dada es que las tierras raras específicas utilizadas en la fabricación de semiconductores aún no están incluidas en la lista de materiales restringidos. Este anuncio proporcionó un alivio temporal para la cadena de suministro de IA, dependiendo de que los controles no se amplíen en el futuro para incluir esos materiales. Está previsto que las nuevas restricciones entren en vigor el 8 de noviembre. La política señala un cambio en el enfoque estratégico de China, pasando de impedir el uso de sus materiales en tecnologías militares a influir en la industria de la inteligencia artificial de Estados Unidos. Los materiales de tierras raras son parte integral de la fabricación de chips y desempeñan un papel clave en los equipos utilizados para el pulido y la litografía. Si bien TSMC tiene una estrategia de abastecimiento diversificada para sus materiales, muchos de sus suministros de tierras raras provienen en última instancia de proveedores chinos. Los controles de exportación también suponen un riesgo para las empresas que suministran equipos esenciales a los fabricantes de chips. Empresas como ASML y Tokyo Electron, que proporcionan maquinaria crítica a TSMC, se enfrentan a posibles perturbaciones. Estas restricciones podrían crear dificultades para que TSMC aumente su producción si su acceso a las herramientas de fabricación necesarias se complica, afectando la capacidad operativa de actores clave dentro del ecosistema de semiconductores. Si TSMC estuviera sujeto a estas restricciones a las exportaciones chinas, toda la cadena de suministro de tecnología se vería afectada. El impacto lo sentirían las empresas estadounidenses que dependen en gran medida del fabricante taiwanés, incluidas NVIDIA, AMD y Apple. NVIDIA es líder en hardware de IA, mientras que AMD produce unidades de procesamiento y Apple confía en TSMC para los procesadores de su electrónica de consumo. Una interrupción en la producción de TSMC se traduciría directamente en problemas de suministro para estas empresas y sus respectivos mercados. El estricto control de las exportaciones de tierras raras genera preocupación sobre la estabilidad de la cadena de suministro de IA. La política podría crear problemas importantes tanto para los proveedores de chips como para sus clientes.




