Nick Turley, director de ChatGPT, lidera el esfuerzo para transformar el producto de inteligencia artificial en un nuevo tipo de sistema operativo poblado con aplicaciones de terceros. El plan, que tiene como objetivo comercializar la investigación de OpenAI, se detalló durante una entrevista en la conferencia anual de desarrolladores de la compañía en San Francisco.
Más allá de la ‘era de la línea de comando’
El núcleo de la estrategia es hacer evolucionar ChatGPT más allá de su cuadro de texto conversacional actual, que Turley compara con una «era de línea de comandos» de la informática. Sostiene que, si bien es poderoso, el producto actual carece de señales visuales intuitivas y elementos interactivos (conocidos como «affordances») que hacen que el software moderno sea fácil de usar.
«Creo que volveremos a mirar ChatGPT en un par de años y sentiremos que el producto actual está en la era de la línea de comandos. Es realmente poderoso, pero le falta algo muy importante, que son las posibilidades».
Turley expresó su sorpresa de que el producto haya alcanzado los 800 millones de usuarios activos semanales con su formato actual, y lo calificó como una «forma extraña y difícil de hacer crecer una categoría».
La visión de un sistema operativo ChatGPT
El plan es convertir ChatGPT en una plataforma donde los usuarios puedan acceder sin problemas a una variedad de aplicaciones dedicadas para tareas específicas.
«La evolución que estamos tratando de hacer en los próximos años es una en la que ChatGPT en sí se parece más a un sistema operativo donde puedes venir y usar aplicaciones. Si quieres escribir, hay una aplicación para eso. Si quieres codificar, hay una aplicación para eso».
Este modelo se basará en asociaciones con empresas externas, ya que OpenAI no pretende desarrollar servicios en todas las categorías. Turley especificó que OpenAI no construirá su propio servicio de transmisión de música ni replicará los catálogos educativos de plataformas como Coursera.
Inspiración de los navegadores y los primeros hardware
Al desarrollar esta visión, el equipo de Turley se inspira en múltiples fuentes, incluida la evolución de los navegadores web, que, según él, se han convertido efectivamente en el principal sistema operativo para muchos usuarios. El equipo también está estudiando la historia de otras tecnologías transformadoras, como el Apple PowerBook de la década de 1990, que era una herramienta versátil cuya gama completa de capacidades no era evidente de inmediato. Este concepto de sistema operativo es parte de un ecosistema más amplio de productos que OpenAI está explorando, que supuestamente incluye un navegador web y una familia de dispositivos de hardware desarrollados con el ex diseñador de Apple Jony Ive.
Un nuevo enfoque para construir un ecosistema de desarrolladores
Esta estrategia centrada en aplicaciones sigue a intentos anteriores de OpenAI de crear un mercado de aplicaciones de IA, como los complementos ChatGPT y la tienda GPT, que no obtuvieron un impulso significativo. El nuevo enfoque pretende ser más integrado, haciendo que las aplicaciones formen parte de la experiencia principal de ChatGPT en lugar de aislarlas en una tienda separada. Esta integración también es fundamental para el objetivo de OpenAI de establecer ChatGPT como una plataforma de comercio electrónico. Al incluir aplicaciones de empresas como Expedia, DoorDash y Uber, la empresa espera impulsar las transacciones directamente dentro de la plataforma. Para los desarrolladores, esta estrategia revisada ofrece acceso directo a los 800 millones de usuarios semanales de ChatGPT de una manera contextualmente relevante. El objetivo es capacitar a los desarrolladores para que creen negocios sostenibles en la plataforma, creando una nueva generación de aplicaciones habilitadas exclusivamente por IA, de manera similar a cómo la plataforma móvil dio origen a servicios como Uber.
Conectando el producto de consumo con la misión de OpenAI
Turley también explicó que el producto de consumo ya no se ve simplemente como una forma de financiar la investigación de la empresa. En cambio, se considera el vehículo principal para cumplir la misión de OpenAI de «garantizar que AGI beneficie a toda la humanidad». Sostuvo que debido a que la inteligencia artificial general probablemente surgirá gradualmente, el producto es el medio práctico por el cual esos beneficios se entregan al público.
Gestionar la privacidad y los datos del usuario en un ecosistema de aplicaciones
Con la introducción de aplicaciones de terceros, la privacidad del usuario es una consideración crítica. La política de OpenAI requerirá que los desarrolladores tomen sólo la «cantidad mínima de datos» necesaria para que una aplicación funcione.
- Desde el primer día: Los desarrolladores deberán revelar a los usuarios qué información solicita su aplicación. No se aprobarán las aplicaciones que soliciten una cantidad excesiva de datos.
- Planes futuros: OpenAI planea introducir controles de usuario más sofisticados y granulares inspirados en la configuración de privacidad de Apple, que permiten a los usuarios otorgar acceso a los datos caso por caso («solo esta vez» o «todo el tiempo»).
Turley también mencionó el desafío técnico de crear una «memoria particionada» dentro de ChatGPT, que permitiría a los usuarios segregar diferentes tipos de conversaciones y controlar a qué partes de sus datos puede acceder una aplicación.
Manejo de la competencia de aplicaciones y la cuestión de la colocación paga
Cuando se le preguntó cómo ChatGPT manejaría múltiples aplicaciones en la misma categoría, como DoorDash e Instacart, Turley describió un enfoque escalonado. Inicialmente, el sistema mostrará ambas opciones y luego utilizará la personalización basada en la actividad pasada de un usuario o en sus preferencias directas para priorizar una sobre la otra. La posibilidad de que las empresas paguen por la ubicación preferencial de sus aplicaciones es un tema que se está considerando, pero OpenAI no tiene una política establecida al respecto. La empresa ha optado por participar primero en un proceso de «descubrimiento» con los desarrolladores. Turley afirmó que el criterio fundamental para cualquier sistema de este tipo sería la experiencia del usuario, y expresó escepticismo sobre cualquier modelo que mostrara aplicaciones irrelevantes.





