La Fundación Linux ha evolucionado significativamente desde su inicio en 2007, transformándose de un mayordomo del núcleo de Linux a una organización paraguas en expansión para numerosos proyectos de código abierto. El mes pasado, la Fundación OpenInfra, mejor conocida por OpenStack, se unió a la Fundación Linux, solidificando aún más su estado como una «base de cimientos».
El director ejecutivo de la Fundación Linux, Jim Zemlin, ha liderado la organización durante casi dos décadas, guiando su transición a través de diversas ondas tecnológicas, incluidas la inteligencia móvil, en la nube y artificial. Zemlin atribuye el éxito de la Fundación a su «enfoque de cartera», donde diversifica sus inversiones en múltiples tecnologías, en lugar de depender de un solo proyecto.
Al agrupar los recursos en todos los proyectos, la Fundación Linux puede aprovechar la experiencia vertical específica al tiempo que aprovecha una experiencia más amplia en áreas como derechos de autor, patentes, privacidad de datos y ciberseguridad. Esta inversión colectiva es crucial ya que las empresas enfrentan una creciente variedad de regulaciones, incluida la Ley de AI de la UE y Ley de Resiliencia Cibernética. Los especialistas de la Fundación Linux trabajan en diversos esfuerzos de la industria, brindando apoyo que los proyectos individuales podrían no ser capaces de pagar por su cuenta.
La reciente fusión con la Fundación OpenInfra subrayó los beneficios de este enfoque. OpenStack, una plataforma de computación en la nube de código abierto, pasó a la Fundación OpenInfra en 2012 antes del cambio de marca. La fusión trajo un plomo técnico experimentado a la Fundación Linux, mejorando sus capacidades en la colaboración técnica y el crecimiento del ecosistema.
La Fundación Linux también ha ampliado su alcance a través de entidades regionales, como LF India, Linux Foundation Japan y Linux Foundation Europe. Estas entidades permiten la colaboración local mientras mantienen la participación global. La Fundación Linux Europa, por ejemplo, alberga proyectos como la Fundación Open Wallet, que permite a los miembros europeos trabajar juntos en iniciativas como la soberanía digital.
En el ámbito de la IA, la Fundación Linux ha jugado un papel importante en la definición de AI de código abierto a través de su Marco de apertura del modelo (MOF). El MOF proporciona un enfoque matizado para evaluar la apertura de los modelos de IA, considerando factores como el código, los datos y la documentación. Este marco ha sido adoptado por la iniciativa de código abierto en su propia definición de IA de código abierto.

Zemlin le dijo TechCrunch que la comunidad de IA es más amplia que la ingeniería de software tradicional, con profesionales que buscan previsibilidad y transparencia en la IA de código abierto. Los esfuerzos de la Fundación Linux, incluido el MOF, tienen como objetivo abordar estas necesidades. El enfoque de la fundación para crear nuevos proyectos implica identificar áreas donde el código abierto puede tener un impacto significativo y luego reunir al equipo adecuado de desarrolladores y líderes.
Zemlin describe este proceso como un enfoque de «capitalista de riesgo inverso», donde la Fundación Linux busca el «ajuste del mercado de proyectos» en lugar de las ganancias. La organización crea valor para los desarrolladores en las comunidades de código abierto, regalando sus creaciones en lugar de buscar ganancias financieras. A pesar de su diversificación, la Fundación Linux sigue comprometida con su nombre, que Zemlin cree que es una marca poderosa y positiva emblemática de iniciativas exitosas de código abierto.