Microsoft es apretando restricciones en la instalación de Windows 11, lo que hace cumplir su requisito del Módulo de plataforma confiable (TPM) 2.0 como “no negociable”. Esta medida está dirigida a usuarios con PC no compatibles, ya que Microsoft pretende mejorar la seguridad y fomentar las actualizaciones de hardware.
Microsoft aplica el requisito TPM 2.0 para Windows 11
Para los usuarios que no lo saben, Windows 11 requiere oficialmente TPM 2.0, un componente de seguridad crucial para la protección de datos y la integridad del sistema. Sin este hardware, que ahora cuentan con muchas PC modernas, Microsoft advierte que los usuarios podrían enfrentar una marca de agua en su escritorio y recibir notificaciones emergentes que les recuerden la incompatibilidad. Además, es posible que se bloqueen posibles actualizaciones, lo que deja los dispositivos vulnerables a amenazas de seguridad.
A pesar de que han surgido soluciones que permiten ventanas 11 para ejecutarse en hardware no compatible (evidencia de que las máquinas más antiguas pueden operar eficientemente el sistema operativo), Microsoft ha intensificado su postura y exige que los usuarios actualicen su hardware o vuelvan a Windows 10. Steve Hosking, gerente senior de productos de Microsoft, indicó que TPM 2.0 refuerza Dispositivos Windows contra las crecientes amenazas a la ciberseguridad.
«TPM 2.0 juega un papel crucial en la mejora de la identidad y la protección de datos en dispositivos Windows, así como en el mantenimiento de la integridad de su sistema», afirmó Hosking.
La nueva aplicación se alinea con los informes de que Microsoft comenzará a implementar marcas de agua para quienes ejecutan Windows 11 en dispositivos no compatibles. Como lo señaló ZDNetlos usuarios pueden esperar no solo la marca de agua sino también recordatorios frecuentes en la aplicación Configuración. La razón fundamental detrás de la longevidad de TPM 2.0 se extiende más allá de la mera compatibilidad; es parte de una estrategia para preparar Windows para el futuro contra vulnerabilidades tecnológicas emergentes.
El soporte de Windows 10 finalizará en octubre de 2025, lo que presionará aún más a los usuarios para que migren. Microsoft ha implementado mensajes de pantalla completa en Windows 10 para animar a los usuarios a comprar un nuevo dispositivo capaz de ejecutar versiones compatibles de Windows 11. Estas estrategias se hacen eco de tácticas anteriores empleadas para fomentar las actualizaciones de Windows 7 y 8.1.
Esta insistencia en requisitos estrictos ha generado reacciones negativas por parte de muchos usuarios que se sienten atrapados entre querer utilizar las funciones de Windows 11 y verse obligados a realizar una compra de hardware potencialmente innecesaria. Los usuarios que dependen de PC más antiguas que carecen de TPM 2.0 se encuentran en una posición difícil, especialmente si ya instalaron Windows 11 utilizando las soluciones alternativas disponibles.
La introducción de marcas de agua también plantea dudas sobre la elegibilidad de las actualizaciones. Microsoft advierte que sin el cumplimiento, los usuarios podrían perderse actualizaciones de seguridad críticas, exponiendo sus sistemas a posibles malware o ataques cibernéticos. Aunque Windows 11 puede ejecutarse adecuadamente en sistemas no compatibles, la empresa enfatiza que es primordial evitar riesgos de seguridad.
A pesar de las adaptaciones en curso al proceso de instalación, Microsoft se mantiene firme en la aplicación de TPM 2.0. A medida que los controles de cumplimiento del hardware se volvieron más estrictos, herramientas como Sobrevuelo11 fueron desarrollados para superar estas barreras. Sin embargo, a medida que se integran más métodos de seguridad con las funcionalidades de TPM, la importancia de estos requisitos se amplifica aún más.
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