El rápido desarrollo de la IA plantea preocupaciones y oportunidades con respecto a los objetivos globales de emisiones netas cero, lo que afecta las demandas de energía, especialmente dentro del sector tecnológico. Las empresas de tecnología están invirtiendo cada vez más en plantas de energía nuclear para suministrar energía a los centros de datos de IA.
La energía nuclear como solución a las crecientes demandas energéticas de la IA
La fisión nuclear, una técnica utilizada en estas plantas, se considera más limpia y fiable que los combustibles fósiles, la energía eólica o solar.
Paralelamente, los inversores de Silicon Valley están canalizando fondos hacia tecnologías de fusión nuclear. Este incipiente método de generación de energía promete producir aún más energía y, al mismo tiempo, generar menos emisiones de gases de efecto invernadero y menos desechos radiactivos. Los expertos de la industria sugieren que la energía nuclear puede ser la piedra angular para satisfacer las importantes necesidades energéticas de la revolución de la IA. Franklin Servan-Schreiber, director ejecutivo de la startup de energía nuclear Transmutex, fijado“La IA requiere cantidades masivas de energía a escala industrial. Sólo la energía nuclear podrá satisfacer esta enorme demanda de energía de forma fiable”.
Sin embargo, establecer una red confiable de centrales nucleares sigue siendo una ambición a largo plazo que requerirá un importante respaldo financiero y asistencia gubernamental. En agosto de 2023, Estados Unidos operaba solo 54 centrales nucleares, según registró la Administración de Información Energética de Estados Unidos. Grandes empresas como Amazon y Google han firmado acuerdos con desarrolladores de reactores modulares más pequeños, que pueden desplegarse más rápidamente que los modelos tradicionales. A pesar de estos esfuerzos, el físico Edwin Lyman, director de seguridad de la energía nuclear de la Unión de Científicos Preocupados, describió las inversiones actuales como simplemente “una gota en el mar” en comparación con los muchos miles de millones necesarios.
Dada la urgencia de las necesidades energéticas de la IA, los gigantes tecnológicos podrían recurrir temporalmente a combustibles fósiles. Toby Rice, director ejecutivo del productor de gas natural EQT, enfatizó en una entrevista con El diario de Wall Street el plazo limitado para construir nueva infraestructura energética: “La tecnología no va a esperar de 7 a 10 años para construir esta infraestructura. Eso te deja con el gas natural”. En una reciente conferencia sobre energía, Rice señaló que enfrentaba repetidas preguntas sobre la velocidad de las operaciones y la disponibilidad de gas natural.
El enfoque en el uso de energía en los últimos años COP29 de la ONU La cumbre sobre el clima generó sorpresa. En particular, muchas grandes empresas tecnológicas optaron por no participar de manera destacada en la “zona verde” de la conferencia. Esta decisión ha llevado a algunos a especular que el rápido consumo de energía asociado con los centros de datos de IA podría poner en peligro los compromisos de estas empresas con la energía limpia. Kevin Thompson, director de operaciones de Gesi, un grupo de defensa de la sostenibilidad digital, señaló los posibles obstáculos: «Si nuestra industria comienza a recibir un trato similar al del petróleo y el gas, las relaciones públicas para contrarrestarlo serán muy costosas».
Se prevé que los centros de datos, actualmente alimentados por una combinación de gas natural, carbón y energía renovable, aumenten su participación en la demanda de energía de EE. UU. del 3 % al 4 % a entre el 11 % y el 20 % para 2030, según un informe de McKinsey. Sin embargo, los defensores de la IA siguen siendo optimistas y creen que la revolución de la inteligencia en curso podría instigar una revolución energética correspondiente. “Mis esperanzas y sueños es que, al final, lo que todos veamos es que usar energía para inteligencia es el mejor uso de energía que podemos imaginar”, afirmó Jensen Huang, director ejecutivo de Nvidia, durante una entrevista en la Universidad de Ciencias de Hong Kong. y Tecnología.
El auge de la IA está remodelando el juego energético y la energía nuclear está pasando a ser el centro de atención. Dado que los sistemas de inteligencia artificial exigen cantidades de energía sin precedentes, la fisión nuclear (el proceso de división de núcleos atómicos) está emergiendo como una solución para las empresas de tecnología que están ampliando sus centros de datos. Es más limpio que los combustibles fósiles y, por ahora, más práctico que las energías renovables como la eólica y la solar para lograr una producción constante. Pero el camino hacia la integración de la energía nuclear no es nada fácil.
¿Es la IA ecológica? ¿Qué tan sostenible es?
Si bien la fisión domina las inversiones actuales, la fusión nuclear está acaparando los titulares como el próximo gran avance. Al fusionar núcleos atómicos, la fusión promete una producción de energía aún mayor con menos emisiones y menos desechos. ¿El truco? Todavía está lejos de estar listo y requiere una financiación masiva y respaldo regulatorio para hacerlo viable. Incluso la fisión, a pesar de su ventaja inicial, enfrenta desafíos con infraestructura costosa, plazos de construcción prolongados y un escepticismo público persistente.
Por ahora, muchos gigantes tecnológicos están cubriendo sus apuestas. Están en marcha acuerdos con desarrolladores nucleares para reactores modulares, pero la falta de soluciones inmediatas los lleva a recurrir a los combustibles fósiles, especialmente al gas natural, para mantener sus operaciones en funcionamiento. Este giro a corto plazo sorprende, ya que choca con su compromiso público con la sostenibilidad y complica sus objetivos de energía verde a largo plazo.
Hay mucho en juego en foros públicos como la cumbre COP29 de la ONU, donde el uso de energía por parte de las grandes tecnologías está bajo intenso escrutinio. Saltándose la habitual fanfarria de las zonas verdes, estas empresas están recalibrando silenciosamente sus estrategias, conscientes de que cualquier paso en falso podría empañar su imagen medioambiental. Las demandas energéticas de la IA están obligando a hacer un ajuste de cuentas: ¿puede la tecnología cumplir sus promesas de energía limpia y al mismo tiempo impulsar su propio crecimiento? ¿O el impulso a la innovación superará la capacidad del planeta para adaptarse?
Crédito de la imagen destacada: NOAA/Unsplash